Textos clásicos
Francisco Sforzino Carcano
Tres libros de de las aves de rapiña
Introducción
En 1568 se publicaron en Vinegia los Tre libri degli uccelli da rapina de Francesco Carcano Sfrozino. Javier de Ortueta1 y Manuel Terrón Albarrán2 han hablado de que ésta fue impresa en Valencia en 1547. Se trata de la confusión de Valencia con Vinegia, ciudad en la que efectivamente apareció esta obra, aunque no en 1547 sino en 15683. De esta obra se conserva en la Biblioteca Nacional de España una traducción manuscrita (ms. 9665) bajo el título de Tres libros de las aves de rapiña.
Como dice el título, son tres libros sobre aves de rapiña: el primero sobre halcones y esmerejones (52 capítulos), el segundo sobre azores y gavilanes (39 capítulos), aunque también introduce otras aves de rapiña como el águila, el astorelle y el regestole (II. 37-39) y el tercero sobre enfermedades de las aves (30 capítulos). Al final añade cinco capítulos sobre la «cura de los perros». En los dos primeros se suceden las informaciones ornitológicas, las cinegéticas y las correspondientes al régimen higiénico.
Según D. Trocchi, en un libro de hacia 1927 citado por Giuliano Innamorati
lo Sforzino si impone, per rigore scientifico e por la qualità della esposizione, como il più autorevole scrittore italiano di falconeria e loda in porticulares l’attenzione posta da lui nel rilevare le mutazioni negli animali dei caratteri acquisiti in rapporto all’ambiente ed il progreso che egli fa compire alla scienza veterinaria4.
Es un autor que no se deja arrastrar totalmente por la tradición. Así, cuando inicia la exposición de los halcones no lo hace de acuerdo con la mayor o menor nobleza de éstos a la hora de cazar, sino por mera comodidad:
Queriendo tratar de la manera que se ha de conocer estas aves, primeramente trataré del alcón peregrino, no porque él sea más digno del águila, del milión y del alcón tornadiço, siendo para mí más cómodo, dexando la subtilidad a quien no atiende al útil como yo hago (I, 2)
aunque en otros temas es absolutamente fiel a ella.
La versión española, todavía inédita, fue hecha por alguien que si bien conocía el italiano, era absolutamente lego en la terminología cetrera, especialmente en lo que se refiere a los nombres de aves, por lo que dejó huecos y escribió las palabras italianas con letra menuda e interlineadas (aeroni, capelette, cocalli, fistichino, laineri – y variantes –, milione, riviera, etc.). En algunos momentos el traductor trató de corregir su inhabilidad con la lengua, por lo que volvió sobre sus pasos para tachar el término italiano y sustituirlo por el español, así todos los casos de spraviero (y variantes) se convirtieron en gavilán. Ocasionalmente deja un hueco pero olvida copiar la palabra italiana5:
o por causa exterior como ..... rompimiento de guesso o herida (III. 1, fol. 79v) o por causa che venga di fuori, come maccatura, rottura d’osso, ò ferita (1587: 157) y en particular de los cuchillos, los quales también suelen por alguna ..... del ala guastarse, llenándose la cabeza de sangre (III. 1, fol. 79v) e massime dello cortelli, i quali anco si sogliono por qual che maccatura dell’ala guastarsi, empiendosi di sangue il capo (1587: 158)
En otros casos da por válida la palabra italiana y no cree necesario dejar el hueco para una posterior enmienda, así habla de «filagna» (I. 52, fol. 44v), «airones colorados y cenicientos» (II. 1, fols. 47v), «esmaltidura» (III. 3, fols. 81v-82v), «De la cabeza storna» (III. 8, fol. 90). En otras ocasiones traduce algo que no necesitaba ser traducido, así, un girifalco (I. 2, p. 5) se convierte en un «alcón tornadiço» (I. 2, fol. 3) en vez de en gerifalte. También elimina frases:
mas si el tarolo huviesse ajugerado el pico, y juntamente . . . . . será necessario catar un poco del cuerno alrededor del tarolo y rascar tanto quanto tiene el apertura del cuerno después . . . . . la parte rascada y cortada con miel rosada por una o dos veces, porque luego se resolve (III. 10, fol. 92v-93) ma se il taruolo havesse forata la becchiera, et insieme vi fosse una rimatta, overo sedola, serà necessario tagliar un poco del corno intorno al taruolette, et rasciar co’l cortellino tanto quanto tiene la fissura overo sedela del corno poi onger il loco rasciato, et tagliato con mele rosato, por una o vero due volte, perche l’uccello tosto si risolverà (1586: 185-86)
Esta obra, aunque sigue los mismos esquemas formales que las obras hispánicas de la segunda época, es decir, de las obras compuestas entre los siglos XIV y XVII, no se muestra como una ventana abierta a la sociedad que la rodea. No aparecen personajes, ni tampoco anécdotas que puedan distender la carga doctrinal. Carcano no pierde el tiempo con adornos, no los debió de creer necesarios salvo en una ocasión (I. 9) en la que presenta un curioso hecho acaecido a Vizenzo Branditio, amigo suyo de Vicenza, con un halcón lanero que le mató un gavilán:
Ni dexaré de deçir lo que succedió pocos años ha a un gentil hombre vicentino mi amigo, el qual se llama Vicente Brandicio, que haviendo hecho volar su gavilán a una coturniz un laniero6 se lo puso en pie y lo llevó más de un tiro de ballesta. Y viendo esto, el gentil hombre corrió para ayudar a su gavilán, mas fue tarde porque el alcón por miedo lo dexó en tierra haviéndolo primero degollado. El gentil hombre baxó de cavallo todo espantado por el caso sucedido y, para vengarse de la muerte de su gavilán, hiço un laço escur[r]idiço sobre la ave muerta para cojer el alcón, y assí se escondió. El alcón que estava aí cerca bolvió a cebarse encima la ave matada. Lo cojió el gentil hombre en el laço y le mató por la rabia concebida. Y yo, a caso fue en casa d’este cavallero y conocí el alcón muerto ser lainero bellísimo y mudado, y de bello y grande cuerpo. He querido deçir esto para que los caçadores se guarden d’estos alcones (I. 9, fols. 10v-11v).
En la tercera parte da el nombre de unas pocas autoridades médicas y
halconeras (Girolano Carnaro III. 30; M. Manoli Greco III. 30; M.
Federigo Zorzi III. 23). Los grandes señores que aparecen lo hacen como
regentes de un territorio en los que se encuentran algunas especies de
halcones aunque en Italia cojen algunos como en particular en el
estado del Duque de Ferrara y de Rávena
(I, 2, fol. 3v). La
excepción la constituye Bartolameo Alviano, cuyo nombre aparece asociado
con el del halconero M. Manoli Greco (III. 30). Esto se corresponde con
la afirmación de Trocchi –vista más arriba– de que Carcano si impone,
per rigore scientifico e por la qualità della esposizione
, por
lo que todo adorno anecdótico le es absolutamente innecesario.
1 Javier Ortueta, Notas de caza de aves en Castilla: fanfarria en tono menor. Madrid: Espasa-Calpe, 1934, p. 37.
2 Manuel Terrón Albarrán (ed.), Luis de Zapata, Libro de cetrería: facsímil del manuscrito inédito 4.219 de la Biblioteca Nacional de Madrid. Badajoz: Institución Pedro de Valencia, 1979, p. lxx y lxxxiv.
3 Las diversas ediciones de las que hay noticias son: Vinegia 1568, Venecia 1587 (el catálogo del Duque de Frías (Biblioteca Nacional de España, ms. 7840 (olim V-156)) menciona en el folio 74 una edición en 8º impresa en Venecia en 1588), Milán 1605, Brescia 1607, Vizenza 1622 y Milán 1645, datos obtenidos del magnífico catálogo de C. F. G. R. Schwerdt (Hunting, Hawking, Shooting: Illustrated in a Catalogue of Books, Manuscripts, Prints and Drawings, Londres: el autor, 1928 (reimpr.: Hildesheim: Georg Olms, 1985)) I, 94-95. James E. Harting (Bibliotheca Accipitraria: A Catalogue of Books, Ancient and Modern, Relating to Falconry, Londres: Bernard Quaritch, 1891: 141, nº 267) y R. Souhart (Bibliographie générale des ouvrages sur la chasse: la vénerie et la fauconnerie [...], París: Rouquette, 1886) hablan de una edición en Vinegia en 1547 a cargo de Gabriel Giolito de Ferrari. La única obra de cetrería de la que he encontrado ejemplar con ese pie de imprenta es el Libro di M. / Federigo Giorgi / del modo di conosce/re i bvoni falconi, astori, e spara/vieri, di farli, di gover/narli, et di medicarli, / come nella tavola si / pvo vedere / Con Priuilegio / [escudo] / In Vinegis Appresso Gabriel / Giolito de Ferrari / MDXLVII.
4 Giuliano Innamorati, Arte della caccia: testi di falconeria, uccellagione e altre cacce, Milán: Il Polifilo, 1965, II, 23.
5 En las citas que se siguen he utilizado una secuencia de cinco puntos para marcar el espacio en blanco dejado por el traductor castellano. Y he puesto en cursivas las palabras italianas que escribió interlineadas.
6 Las dos palabras en cursivas aparecen interlineadas y subrayadas en el original ya que el traductor, como he dicho, dejó los huecos para poner con posterioridad la palabra española correcta.
Creación / última revisión: 08.06.2012